De vez en cuando, aunque el cuarto esté lleno de gente experimentada y exitosa, conoces a un lÃder que resalta. Puedes saber en un instante que actúan, piensan y guÃan diferente que cualquier otro.
Pero aquellos individuos no se convirtieron en grandes lÃderes de la noche a la mañana. Aunque algunos hayan nacido con ciertas aptitudes para serlo, la realidad es que se van formando a través del entrenamiento, experiencia y una dosis sana de introspección para tomar decisiones rápidas y acertadas. Aprenden a trabajar con diferentes personalidades. Descubren cómo nutrir, motivar e inspirar.
¿Quieres convertirte en un gran lÃder? Empieza cultivando estos ocho hábitos:
- Recurren a los elogios. Es fácil darse cuenta cuando un reconocimiento es simplemente un pretexto para asignar una larga lista de tareas. Todos hemos estado alrededor de gente que ocasionalmente estrecha algunas manos. No importa cuánto lo quieran fingir, su deshonestidad es evidente. Los elogios son casi como respirar para un lÃder efectivo: natural, aromático, frecuente y, más que nada, genuino y sincero.
- Deciden. Las ideas son muy buenas, pero la implementación es todo. Los grandes lÃderes miden, evalúan y deciden casi inmediatamente, esto debido a que decisión y acción les da la confianza y el impulso. Por ello, las malas decisiones son mejores que no tomar ninguna. Los errores casi siempre pueden ser corregidos.
- Aceptan la responsabilidad. Todos tomamos malas decisiones. Lo que importa es lo que hacemos después de que cometemos esos errores. Los grandes lÃderes son los primeros en decir “Me equivoqué†o “Tomé la decisión errónea; necesitamos cambiar de cursoâ€.
- Se comunican. Los negocios están llenos de “quéâ€: qué implementar, qué ejecutar, qué decir y, a veces, qué sentir. Lo que falta es un “porquéâ€. Es por eso que muchos proyectos, procesos y tareas fallan. Los grandes lÃderes explican y luego escuchan, porque la comunicación más efectiva se da cuando escuchamos, no cuando hablamos.
- Ponen el ejemplo. ¿Por qué esto es importante para los empleados? Cuando tú estás a cargo, todos ven lo que haces. La diferencia es cómo lo haces y lo que eso dice de ti. Los grandes lÃderes hacen eso, porque es importante para ellos.
- Dan retroalimentación. Todos queremos mejorar, ser más habilidosos y exitosos. Por eso necesitamos retroalimentación constructiva. Debido a que les importan sus empleados, no sólo como trabajadores, sino como personas, los grandes lÃderes van hacia el que tiene problemas y dicen “sé que puedes hacer eso y te voy a ayudarâ€. Los grandes lÃderes tratan naturalmente de cambiar su vida, porque les importa.
- Buscan ayuda. En algún punto, mucha gente en una posición de liderazgo evita mostrar vulnerabilidad. Después de todo, estás a cargo, asà que se supone que sabes todo. Claro que eso es imposible. Los grandes lÃderes no pretenden saber todo (de hecho deben contratar a personas que sepan más que ellos), asà que, por instinto, hacen preguntas y automáticamente piden ayuda. En ese proceso muestran vulnerabilidad, respeto por el conocimiento y las habilidades de otros y la disponibilidad de escuchar.
- Retan. La mayorÃa de los lÃderes implementan sus ideas al reforzar procesos y procedimientos que apoyan sus ideas. Para los empleados, el compromiso y la satisfacción están basados en la autonomÃa y en la independencia. Les importa mucho más cuando es su idea, proceso o responsabilidad. Los grandes lÃderes crean estándares y guÃas y luego retan a sus empleados para darles la autonomÃa e independencia para trabajar de la mejor forma. Les permiten a los empleados transformar lo “suyo†en lo “nuestroâ€, convirtiendo el trabajo en una expresión externa de las habilidades, talentos y experiencias únicos de cada persona.